Las diversas jornadas de movilización nacional que los profesores de Chile hemos realizado en contra de la LGE han posicionado al magisterio de una manera distinta frente a la opinión pública y los estudiantes. El profesorado se ha levantado de su letargo y ha asumido en carne propia su vocación docente, la que exige no sólo mejora en las condiciones de trabajo, sino también una defensa comprometida con el futuro educacional de Chile.
La creatividad, la alegría, el compromiso y la fuerza de muchos maestros han logrado levantar a otros, lo que nos muestra un renacer de la organización hasta en los más recónditos lugares de nuestro país. Desde el día 16 de junio, miles de docentes han copado las calles de sus comunas, plazas y hasta las inmediaciones del Congreso Nacional para decir que ya no seremos espectadores, sino actores de los procesos de transformación social que nuestro país necesita.
Aunque la LGE se haya aprobado en el Cámara de Diputados, el progresivo fortalecimiento de nuestra organización, con activa participación, ha logrado que el Gobierno quite la suma urgencia al proyecto, lo que nos da tiempo para seguir con la tarea de impedir que la educación de mercado termine por instalarse.
La presencia de más de 10 mil maestros en Valparaíso, un 90% de adhesión al Paro Nacional y las más de 600 mil firmas ciudadanas en contra de la LGE dan cuenta de que existe no sólo ánimo, sino también claridad en torno a que las demandas del profesorado y los estudiantes son justas.
En Ñuñoa nos falta, no cabe duda, sin embargo tenemos que tomar la decisión de cambiar, pues esa dignidad que tanto nos merecemos será recuperada cuando alcemos una voz unitaria. No somos los únicos, no estamos solos, somos millones de docentes convencidos para decir que la educación pública ¡no se vende, se defiende!
La creatividad, la alegría, el compromiso y la fuerza de muchos maestros han logrado levantar a otros, lo que nos muestra un renacer de la organización hasta en los más recónditos lugares de nuestro país. Desde el día 16 de junio, miles de docentes han copado las calles de sus comunas, plazas y hasta las inmediaciones del Congreso Nacional para decir que ya no seremos espectadores, sino actores de los procesos de transformación social que nuestro país necesita.
Aunque la LGE se haya aprobado en el Cámara de Diputados, el progresivo fortalecimiento de nuestra organización, con activa participación, ha logrado que el Gobierno quite la suma urgencia al proyecto, lo que nos da tiempo para seguir con la tarea de impedir que la educación de mercado termine por instalarse.
La presencia de más de 10 mil maestros en Valparaíso, un 90% de adhesión al Paro Nacional y las más de 600 mil firmas ciudadanas en contra de la LGE dan cuenta de que existe no sólo ánimo, sino también claridad en torno a que las demandas del profesorado y los estudiantes son justas.
En Ñuñoa nos falta, no cabe duda, sin embargo tenemos que tomar la decisión de cambiar, pues esa dignidad que tanto nos merecemos será recuperada cuando alcemos una voz unitaria. No somos los únicos, no estamos solos, somos millones de docentes convencidos para decir que la educación pública ¡no se vende, se defiende!
Alejandra Placencia
Presidenta Colegio de Profesores, Comunal Ñuñoa
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